Este tipo de esencia es densa, con una base que transmite fuerza, pero también una cierta suavidad que la hace reconfortante. El tabaco en su esencia no solo recuerda a su uso tradicional en cigarrillos o puros, sino que tiene una cualidad compleja, ligeramente dulce o especiada, con un toque ahumado que se siente muy envolvente.
Se asocia con un ambiente de madurez y reflexión, y muchas veces se usa en perfumes o aceites aromáticos para crear una atmósfera cálida y acogedora, a veces con un toque ligeramente misterioso. Aunque algunos pueden encontrar un poco pesado, es una fragancia apreciada por quienes buscan algo más profundo y evocador.
En resumen, la esencia del tabaco es una fragancia que transmite solidez, calidez y sofisticación, y puede aportar un toque de distinción o intimidad a un espacio.